Test de Bechdel

El test de Bechdel y el mundo audiovisual contemporáneo

El test de Bechdel, conocido también como test de Bechdel-Wallace, propone tres sencillos criterios para evaluar la representación de las mujeres en obras audiovisuales: 

1. Debe presentar al menos dos personajes femeninos con nombre

2. Estos personajes deben hablar entre ellos 

3. Su conversación no debe girar en torno a un hombre


Aunque a simple vista parece un test fácil de pasar, al aplicarlo a producciones recientes los resultados son reveladores. Películas taquilleras como las de Marvel o Star Wars fracasan en cumplir estos requisitos básicos, evidenciando que la representación equitativa de género sigue siendo un reto.


Recientemente, algunas creadoras han propuesto test alternativos que analizan otras dimensiones de la igualdad en pantalla y detrás de cámara. Por ejemplo, verificar si hay paridad en los equipos técnicos y creativos, que haya personajes femeninos no estereotipados o que se represente la diversidad racial y étnica. 


Estas pruebas complementarias ayudan a tener una visión más comprehensiva de los sesgos de género en el audiovisual. Aunque el test de Bechdel sigue siendo un excelente punto de partida, se requieren múltiples enfoques para abordar un problema sistémico y complejo.


Por otro lado, series como Orange is the New Black, Sex Education y Russian Doll sí aprueban el test al dar protagonismo a conversaciones sinceras y complejas entre sus personajes femeninos. Entre las películas que cumplen con el Test de Bechdel y han sido reconocidas en los Premios Oscar encontramos a "Todo a la vez en todas partes", que cuenta con cuatro personajes femeninos con nombres propios que interactúan entre sí sobre temas diversos como la vida y las relaciones. Otra es "Los Fabelmans", que presenta varios personajes femeninos con nombres y desarrollo en la historia. "Tár", centrada en el personaje de Lydia, también supera el test, al relacionarse constantemente con otras mujeres que cuentan con nombre propio. Esto demuestra que, aunque queda trabajo por hacer, cada vez más creadores optan por representar a las mujeres como seres tridimensionales con relaciones y metas propias.


Más allá de "aprobar" o "reprobar" ciertas obras, el verdadero valor del test de Bechdel es hacernos reflexionar sobre los roles y estereotipos de género que perpetúan los medios de ficción. También sirve para resaltar la falta de diversidad que aún existe detrás de cámaras. 

El Test de Bechdel, aunque enfocado en el contenido visible de las películas, indirectamente resalta la falta de diversidad detrás de cámaras al poner de manifiesto las limitaciones en la representación de las mujeres en pantalla. Esto sugiere que los equipos de producción, incluidos guionistas, directores y productores, a menudo no incluyen suficientes perspectivas femeninas o diversas en el proceso creativo. Al requerir que las películas tengan al menos dos mujeres que hablen entre sí sobre algo más que hombres, el test subraya cómo la ausencia de diversidad detrás de cámaras puede llevar a una representación superficial de personajes femeninos.


Además del Test de Bechdel, hay otros criterios y pruebas que se pueden utilizar para evaluar la diversidad y representación en el cine y la televisión, tanto delante como detrás de cámaras:


1. Test de DuVernay: Nombrado en honor a la directora Ava DuVernay, este test evalúa si los personajes negros en una película tienen roles plenos y complejos, en lugar de servir como decoración en el fondo de las historias de personajes blancos. Este test se centra en la representación racial y étnica, destacando la necesidad de profundidad y humanidad en los personajes negros.


2. Test de Mako Mori: Propone evaluar si una película tiene al menos un personaje femenino que tenga su propio arco narrativo, que no esté basado en apoyar la historia de un personaje masculino. Este test es particularmente útil para identificar historias que, aunque puedan no tener múltiples personajes femeninos interactuando, ofrecen roles femeninos con profundidad y desarrollo independiente.


3. Test de Vito Russo: Aplicado especialmente para evaluar la representación de personajes LGBTQ+, este test tiene tres criterios: la película debe contener un personaje identificablemente LGBTQ+, el personaje debe no ser definido exclusivamente por su orientación sexual o identidad de género, y el personaje debe ser integrado en la trama de tal manera que su eliminación tendría un efecto significativo. Este test destaca la importancia de incluir personajes LGBTQ+ en las historias de manera significativa y compleja.


El test de Bechdel ofrece un punto de partida sencillo para analizar críticamente el mundo audiovisual contemporáneo. Aunque se trata solo de un primer paso, aplicarlo sistemáticamente puede ayudar a tomar conciencia y  promover representaciones más igualitarias e inclusivas.


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