Nicolás Wong: ¿Qué le vas a decir al mundo en cinco minutos?

Por: Luis G. Cardoce

Este 2021, Nicolás Wong ha sido el nombre más sonado de la cinematografía nacional, no solo en reconocimiento de una carrera con más de 30 créditos, sino porque, literalmente, ha sonado donde ningún otro costarricense lo ha hecho: como ganador en la gala de los Premios Platino. Hace escasas semanas, el 3 de octubre, este director de fotografía peruano-costarricense de cabeza rapada y voz tranquila, se subió al escenario a recibir el reconocimiento a mejor dirección fotográfica por su trabajo en La llorona, filme guatemalteco dirigido por Jayro Bustamante. Unos meses antes, el 7 de julio, también marcó otro hito al convertirse en el primer tico en ser invitado a formar parte de la Academia de los premios Oscar. Este éxito viene acompañado, por supuesto, de mucho trabajo: después de recibir su premio en Madrid, voló hacia Guadalajara para el estreno de The Gigantes, película mexicana en la que fungió otra vez como director de fotografía, luego pasó a Ciudad de México, donde se reunió con el costarricense Ariel Escalante para trabajar en Domingo y la niebla. Ahora, ya de vuelta en en el país, lo reciben sus tareas como jurado de la competencia de cortometrajes MADE IN COSTA RICA del Festival shnit San José. Sentado desde su casa, a través de una videollamada, Nicolás conversa sobre su rol como jurado.


Junto a Erika Bagnarello y María Lourdes Cortés, Nicolás deberá elegir el cortometraje ganador de la competencia MADE IN CR. Retrato cortesía de Nicolás Wong.

Muchas veces el cortometraje es ingratamente calificado como el paso antes de un largometraje, como un entrenamiento, ¿para vos qué valor tiene el cortometraje más allá de un formato escalón?

Yo siento que, aunque un corto, por razones obvias, conlleva menos tiempo, menos cantidad de recursos, menos tiempo de filmación, a veces siento que es igual o más difícil de contar una historia en relación a un largometraje. En un corto se usa mucho esta cita de Cortázar que dice que un cuento tiene que ganar por nocáut, y yo creo que aplica lo mismo para los cortometrajes, es un formato de relato visual que en realidad lo único que importa, y que en este formato se enfatiza más, es ese nocáut, esa sensación de sentir que viste en cinco, diez, quince minutos de un relato que te contó algo pequeño pero importante. Y siento que a veces es mucho más difícil ser conciso, compacto, eficiente y victorioso en contar eso. También me recuerda a algo que no me acuerdo quién lo había dicho, tal vez luego lo podés buscar, pero era antes de la era tecnológica, cuando la gente se escribía cartas, había un escritor muy famoso que se disculpaba en la carta porque no tuvo tiempo para hacer la carta más corta, se disculpaba con el interlocutor: perdón, no tuve tiempo para hacer esta carta más corta (Blaise Pascal), y siento que veces tener esa elegancia de la brevedad es difícil. Y bueno, eso por un lado, pero yo siento que también un corto no necesariamente es un primer paso hacia un largometraje, sino que es una burbuja en sí mismo, un formato en sí mismo que tiene también sus propias reglas, sus propias dificultades, como decíamos, entonces es un formato que es autosuficiente. Ahora, a nivel industrial, la distribución de los cortos es un tema que se ha dejado de lado, si bien uno sabe que hay distribuidoras y esfuerzos como el shnit para consumir cortos, a nivel general de industria están muy dejados de lado, pero yo siento que el corto debería reivindicarse en las ventanas, en los cines, No veo por qué no podemos ver uno o dos cortos antes de una película en el cine. A veces a la gente le encanta ir al cine para ver los trailers, y yo siento que es porque responden a lo mismo, no estoy diciendo que un trailer sea lo mismo que un corto, pero sí te cuenta algo en dos tres minutos y te emociona. Especialmente ahora con nuevos formatos, uno ve experimentos: hace poco vi la primera serie en Tik Tok, filmada en formato vertical. Uno ya ha visto cosas así para Instagram, stories, etc, pero son nuevos formatos que precisamente son muy apropiados para los cortos. Yo veo el futuro del cortometraje muy interesante y muy adaptable a las nuevas tecnologías, a los nuevos medios, solo toma imaginación e innovación para aprovechar las nuevas ventanas.

Uno de los tres pilares en los que se rige el shnit es la selección de cortos con voz propia. ¿Cómo definirías el concepto de voz propia en el cine?

Voy a decir dos cosas de eso: para mí la voz propia en el cine trata en partes iguales lo que estás contando y luego en cómo lo estás contando. Para mí una voz propia en el lenguaje narrativo cinematográfico es alguien que está diciendo lo que quiere y diciéndolo en la forma que quiere. A mí me parece que un corto o un relato audiovisual que usa tanto la forma como el contenido para mandar un mensaje es una buena película. Muchas veces se dice que el cómo se dice puede incluso pasar por encima del qué se dice. Sí, creo que en documental es algo que se ve mucho: mostrarte algo cotidiano desde un ángulo completamente extraordinario, contarte la historia de alguien que ves todos los días, pero mostrarte las partes que no ves. El cortometraje, como forma en general, hace mucho hincapié en eso, y eso es muy interesante a nivel de experimentación.

Fotografía cortesía de Nicolás Wong.

¿Cómo se asume la responsabilidad de ser jurado? ¿Hay algún nivel de desdoblamiento entre el Nicolás juez y el Nicolás espectador?

Para mí la función de jurado trata sobre poder valorar los trabajos como espectador, como cinéfilo y también como profesional, poder ver más allá de lo que me hace sentir y entender la dificultad de cómo se hacen las cosas, la innovación en el lenguaje cinematográfico, el coraje o la valentía de contar ciertas cosas, de ir a grabar a lugares que uno sabe que son difíciles de acceder, sea por técnica o socialmente, ¿sabés? Y también es entender la ventana por la cual uno está haciendo el trabajo de jurado, entender qué es el shnit MADE IN COSTA RICA, no solo para el público, sino para el gremio y toda la gente que se está formando, los futuros profesionales de la industria.

Como jurado estás en una posición de elegir una obra ganadora por encima de otras ¿cómo se asume esa tarea de escoger y de calificar entre algo que puede ser tan intangible como el arte?

Eso lo vivo y lo entiendo incluso como profesional más que como jurado. Los jurados hacen una selección, una mención, dan un premio, pero al final el valor del juicio siempre es inevitablemente subjetivo, entonces el hecho de que una obra gane por encima de otras no quiere decir que las otras no tengan valores distintos que incluso pueden sobrepasar a la misma obra que ganó. Lo que pasa es que en el trabajo de jurado se tiene que escoger y escoger con otros jurados bajo una serie de lineamientos, pero bueno, fuera de la función de un jurado, como profesional en las películas en las que he trabajado, pues a menudo uno se encuentra con que no fue el ganador o no fue el seleccionado y eso es una realidad a la que cualquier persona que hace cine se tiene que acostumbrar desde el inicio, porque trabajar en cine es muy difícil, especialmente cuando uno habla de premios, concursos o fondos. Por simple estadística, uno generalmente no va a ser el ganador. Yo creo que lo importante es apreciar el valor de tener una ventana para mostrar los trabajos, que al final eso es lo más valioso: poder encontrarse y compartir con otros colegas, gente que tiene experiencia, gente que está comenzando y poder compartir un espacio, compartir una pantalla, compartir conocimientos; ese es el verdadero premio para mí de este tipo de eventos, porque dan un lugar de encuentro muy horizontal donde todos pueden aprender del otro.

Como jurado del shnit, ¿qué buscás? ¿Qué es lo que más querés ver en los cortos que forman parte de la competencia?

Yo creo que vos lo dijiste: lo que más me importa y lo que más busco cuando veo una pantalla es ver y escuchar una voz propia, ver y escuchar la visión de alguien que tiene algo que decir sobre el mundo, sobre la condición humana. Creo que esas son las voces que más me interesan escuchar. No se basa solo en la originalidad: tenés cinco minutos para decirle algo al mundo, ¿qué le vas a decir? Eso es lo que me interesa.

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